Sergio Veleda habla de esta entrada hacia la meditación. Sus palabras me parecen reveladoras para adentrarnos al interior de nosotros mismos y entender un poquito más el progreso meditativo.
Safar dar Watan (Viajar al interior de uno):
Watan quiere decir casa, o casa de origen. También se le puede llamar Tierra del Corazón, o Viaje hacia casa.
El viaje va de las apariencias hacia la Esencia, de las formas creadas hacia la fuente creadora de las apariencias. Ser consciente de la respiración y estar presente, atentos al modo de actuar, hace que se establezca una mejor comprensión de lo que es estar dentro y no fuera de uno. Es tener una relación directa con los estados del corazón. Es viajar a partir de dentro, no desde fuera.
Autoconciencia no es la mejor forma de definirlo, ya que a veces se asocia al hecho de observarse con control y censura, con una mente dividida y controladora, en la mayoría de los casos. Estar dentro de uno en ese punto del viaje sería permanecer en uno de una forma desprendida, sin crítica, sin censura, lo cual es una ayuda para mantenerse uno consigo mismo y con lo que pasa en su experiencia, sin juicios. Esa es la única forma de poder conocernos y percibirnos de una forma relajada y abierta, sin autocensura. Lo que sucede o lo que tenga que suceder no llega a sacarnos de nosotros mismos, continuando el viaje interior, en nuestro corazón. Observarse, en este sentido, es diametralmente opuesto a criticarse o controlarse.
Viajar interiormente es el proceso de purificación interior que significa pulir el espejo del corazón. Adentrarse en el viaje y pulir el espejo del corazón, hace que todas las direcciones, dentro o fuera de ti, tengan la misma claridad y sentido.