Entiendo la terapia de pareja como una herramienta de crecimiento personal, de conocimiento de uno mismo y del otro. Se ahonda en «como» se construye el vinculo y en el propio espacio existencial, siendo estos los campos que se abren en el proceso terapéutico que tiene lugar cuando una pareja se decide a trabajar en su relación.
En el espacio que construimos cada miembro de la pareja tiene tiempo y oportunidad para explicarse, de tejer sin interrupciones su historia sobre «que» le está sucediendo, de ser escuchado por su compañero/a y por el terapeuta. Afloran los conflictos que cada uno siente que le están afectando de manera primaria, los miedos que cada uno alberga consciente e inconscientemente.
A partir de explicarse uno y otro, en el acaecer del proceso terapéutico se desciende a los comportamientos a nivel más concreto, a aquello que nos afecta y que podemos decir con «pelos y señales», a lo que nos gusta y también a lo que nos disgusta del otro (así como de uno mismo…)
Dentro de terapia se está con los «ojos abiertos», atentos a lo que está pasando, a la «escucha» en sentido amplio de las señales físicas y emocionales que se van sucediendo, a los fenómenos que se van dando ( de aquí la llamada terapia basada en la fenomenologia donde se pone el acento y de relieve «el aquí y ahora» de cada miembro de la pareja).
Las crisis son entendidas como oportunidades, ventanas abiertas hacia la intimidad, rendijas en la comprensión de las posibles infidelidades, entendidas éstas en el sentido de «hacia donde» miramos cuando estamos dejando a nuestra pareja de lado.
A veces el estrés, los problemas diarios se nos llevan a lugares donde no queremos estar, en terapia se trata de pararnos y sentir y esperar para «ver» que nos está sucediendo, qué queremos, qué necesitamos, tanto nosotros en sentido existencial como con nuestro compañero/a.
Os invito con estas reflexiones a trabajar si ha llegado el momento, a no posponer más una situación que se os ha hecho clara en el presente de vuestras vidas (ya sea de crisis, de ansiedad, de angustia, de infidelidad, de desanimo, de falta de intimidad i comunicación, de falta de respeto i dignidad, de conflicto de lealtades con las familias de origen…).