Dentro del ámbito budista de la compasión está lo que se denomina la practica Tonglen. Sucintamente consiste en tomar sobre uno mismo el sufrimiento y el dolor de otros y darles a ellos nuestra felicidad, nuestro bienestar y nuestra paz mental; este dar y recibir se hace por medio de la respiración. El Tonglen puede iniciarse para uno mismo, entrando así en la paz y estima que nos dedicamos a nosotros mismos.
La Práctica para uno mismo es la siguiente:
Divídete en dos aspectos «A» y «B». «A» es aquel aspecto de ti que es integro, compasivo, afectuoso y amoroso, como un amigo de verdad con el que siempre puedes contar, siempre abierto y atento a ti y que nunca te juzga, sean cuales sean tus defectos y debilidades.
«B» es aquel aspecto de ti que ha sido herido, que se siente incomprendido y frustrado, resentido o furioso, que quizá, por ejemplo, fue maltratado o tratado injustamente en la infancia, o que ha sufrido en sus relaciones o ha sido agraviado por la sociedad.
Ahora, al inspirar, imagina que «A» abre por completo el corazón y acepta y abraza afectuosa y compasivamente todo el sufrimiento, el dolor, la negatividad y el agravio de «B». Conmovido por ello, «B» abre el corazón y todo el dolor y el sufrimiento se derriten en este abrazo compasivo.
Al espirar, imagina que «A» envía a «B» todo el poder curativo de su amor, afecto, confianza, consuelo, certidumbre, felicidad y alegría.