Para combatir las adicciones es esencial cobrar conciencia de ellas y comprender que somos mucho más que estas. La siguiente técnica puede resultarte muy útil:
Cuando experimentes un deseo irrefrenable por alguna sustancia, interrumpe lo que estés haciendo y concentra toda tu atención sobre dicho deseo. Seguidamente, en lugar de recurrir a la compulsión habitual, cierra los ojos y escanea mentalmente todo tu cuerpo, con la palma de una mano vuelta hacia ti. Pregúntale a tu sabiduría interior en qué parte del cuerpo se aloja el deseo. Tal vez sea en la cabeza, el pecho o el plexo solar… Depende de la propia experiencia y de la percepción personal. Cuando hayas localizado la zona, sitúa la mano sobre ella y respira. Ahora concéntrate en el deseo en cuestión y siéntelo plenamente. Si te resulta difícil sentirlo, entonces, imagínalo como un color o una forma. Lo primero que hay que hacer es conectar con él, para demostrarle seguidamente que tú tienes más poder. El hecho de cobrar plena conciencia del deseo contribuye a restarle fuerza. Respira a través de esa zona corporal y siente cómo se relaja. Con cada exhalación, expulsa el deseo fuera de ti.