Para cuidarse y curarse uno mismo del dolor, el enojo o el temor que pudieras sentir hacia ti mismo, es un buen ejercicio basado en la respiración el siguiente:
Dividete a ti mismo en dos aspectos «A» y «B»
«A»es aquel aspecto de ti que es integro, compasivo, afectuoso y amoroso, como un amigo de verdad con el que siempre puedes contar, siempre abierto y atento a ti y que nunca te juzga, sean cuales sean tus defectos y debilidades.
«B» es aquel aspecto de ti que ha sido herido, que se siente incomprendido y frustrado, resentido o furioso, que quizá, por ejemplo fue maltratado o tratado injustamente en la infancia, o que ha sufrido en sus relaciones o ha sido agraviado por la sociedad.
Ahora, al inspirar, imagina que «A» abre por completo el corazón y acepta y abraza afectuosa y compasivamente todo el sufrimiento, el dolor, la negatividad y el agravio de «B». Conmovido por ello, «B» abre el corazón y todo el dolor y el sufrimiento se derriten en este abrazo compasivo.
Al espirar, imagina que «A» envía a «B» todo el poder curativo de su amor, afecto, confianza, consuelo, certidumbre, felicidad y alegría.