Encuentro este relato especialmente gráfico sobre nuestra única y especial manera de percibir. Os lo dejo.
Picasso era cada vez más famoso. Cierto día iba viajando en primera clase de Niza a París. En su mismo compartimento había un rico americano que era coleccionista de arte.
El americano creyó haber reconocido al artista. «Eh, ¿no es usted el señor Pablo Picasso?».
«Sí», dijo Picasso
«Digame», dijo el coleccionista, «¿por qué no pinta usted a las personas tal y como son realmente?».
«¿Qué?», dijo Picasso.
«¿que po qué no pinta usted a las personas tal y como son realmente? por ejemplo, si miro cualquiera de sus cuadros, sencillamente no es real. Pone usted un ojo en mitad de la frente, la nariz donde debería ir la oreja. Es sencillamente ridículo. además de totalmente equivocado. ¡No es real y no es arte!».
«Sigo sin entender», dijo Picasso.
«Muy bien, listillo, te voy a enseñar lo que quiero decir». El americano cogió la cartera de su chaqueta, la abrió y sacó una fotografía.
«Mire», dijo el americano. «Esta es mi mujer tal y como es realmente».
«Ah, ya entiendo», dijo Picasso con un aire muy serio. «Su mujer es extremadamente flaca y mide alrededor de 10 cm».